Ventajas de las redes inalámbricas
El uso de redes inalámbricas aporta una serie de ventajas que hacen que sean muy interesantes para los usuarios y al mercado, como son:
Fácil instalación: Para la instalación de una WLAN en el entorno de trabajo no es necesario realizar ningún tipo de obra menor, como podrían ser las canalizaciones a lo largo de todo entorno de trabajo, necesarias en una red cableada. Un usuario se podrá conectar a la red sin más que añadir a su equipo alguna de las variedades de tarjeta de red disponibles en el mercado, consistentes en dispositivos Plug-and-Play, de fácil instalación y configuración.
Movilidad: Los puestos de trabajo ya no están sujetos a que llegue un cable hasta ellos. Se puede tener acceso a la información en cualquier punto dentro de la zona de cobertura del punto de acceso. Cualquier estación de trabajo podría vagar libremente dentro de la zona cubierta por la red conservando su acceso, con todas las prestaciones. Además, el hecho de no usar cables permite a este tipo de redes llegar a puntos donde el acceso con cables sería imposible.
Escalabilidad: Se le llama escalabilidad a la facilidad de expandir la red después de la instalación inicial. Podemos ajustar el tamaño de la red a nuestras necesidades, sin más que añadir puntos de acceso podemos aumentar el número de estaciones de trabajo permitidas. El añadir nuevos puntos de acceso es muy sencillo y podemos cubrir grandes áreas sin más que añadir puntos de acceso.
Reducción de costos: Como no es necesario tender cables, podemos adaptar la red a cualquier entorno, así como establecer redes con carácter temporal. Una vez acabada su utilidad, se pueden reciclar todos los componentes para su próximo uso. El medio de transmisión, el aire, no es sensible al paso del tiempo, como ocurre con el cable. El cable es sensible a agresiones externas, tanto inevitables como maliciosas, necesita de un mantenimiento y tiene un tiempo de vida útil limitado. Sin embargo, el aire está libre de estos efectos. No se requieren obras de mantenimiento ni para ampliación o remodelado, lo cual se traduce en un ahorro económico.
Uso del espectro libre: La mayor parte de las redes inalámbricas operan en un rango de frecuencias de uso libre, es decir, no están sujetas al pago de ningún tipo de licencias para su uso. El usar está porción del espectro libre de cánones abarata considerablemente su uso.
Altas tasas de transmisión: Actualmente se alcanzan tasas de transmisión que llegan hasta los 54 Mbps.
No representan un problema para la salud: En los últimos años se ha extendido la preocupación por los efectos perniciosos de las radiaciones producidas por los equipos móviles en las personas, lo que ha derivado en un cierto rechazo a la instalación de este tipo de sistemas.
Los organismos de control establecen, para 2.45 GHz, que la máxima densidad de potencia admisible es de 10 W/m2 en áreas de libre acceso para las personas. Estos niveles se cumplen sobradamente, ya que los transmisores no pueden radiar, por ley, más de 100 mW de PIRE. Se concluye que no constituyen un riesgo para la salud. Para 5 GHz tenemos una potencia máxima de 1W, y las transmisiones siguen siendo inocuas.
Desventajas de las redes inalámbricas
Como se ha visto anteriormente las redes inalámbricas ofrecen muchas ventajas, pero es inevitable considerar que también tienen algunos inconvenientes, como son:
Interferencias: Por las características del medio usado, es inevitable darse cuenta que dispositivos que se encuentren en las cercanías de los nuestros, trabajando en esta banda, afectarán produciendo interferencias. Existe gran cantidad de dispositivos que trabajan en este segmento del espectro, hecho lógico, dado que éste es de uso libre. Las interferencias pueden provenir de otras redes inalámbricas próximas, efecto que se puede prevenir gestionando conjunta y adecuadamente las redes. Estas redes vecinas pueden estar usando cualquier otra tecnología que opere en el rango de los 2.4 GHz. Entre estos grupos está la tecnología Bluetooth, usada para interconectar equipos a corta distancia y baja capacidad. Entre esta tecnología y las WLAN existen serios problemas de interferencias. A los sistemas de telecomunicaciones habría que añadir dispositivos que interfieren por trabajar en este rango de frecuencias tales como hornos microondas, algunos controles remotos de garajes, mandos a distancia y otros aparatos electrónicos. Cierto es que la mayoría de los fabricantes de estos productos tienen en cuenta este factor e intentan minimizar sus efectos. Así mismo, existen algunos radioenlaces que operan a la misma frecuencia que las redes inalámbricas y cuyo efecto, puede llegar a ser muy perjudicial, por lo que hay que tenerlos muy en cuenta a la hora de diseñar la red. Todas estas interferencias provocan que nuestra red inalámbrica no funcione a su más alto rendimiento.
Limitación en distancia: El radio de acción de una red inalámbrica está limitado por la potencia máxima que se puede radiar según la legislación vigente. Para extender la zona de acción de la red sólo se puede añadir nuevos puntos de acceso o colocar repetidores.
Limitación en frecuencias: Estamos confinados a un estrecho rango de frecuencias que son las de uso libre. Nuestro ancho de banda, a 2.4 GHz, está restringido a unos 100 MHz, que equivale a 3 canales. En la banda de 5 GHz, se tienen un total de 8 canales no solapados para Wi-Fi.
Seguridad: Seguramente, este es el mayor inconveniente de las redes inalámbricas. Se debe diseñar nuestra red, con el nivel de seguridad más alto posible, para así evitar que usuarios no autorizados tengan acceso a nuestra red.
Inicialmente, cuando se originaron los estándares de las redes inalámbricas no se prestó la suficiente atención a este concepto, quedando poco definido. En la actualidad, este es un tema prioritario, se trabaja en estándares que responden en exclusiva a la seguridad de las redes (como pueden ser el 802.11i ó el 802.1x).